El estudio se enmarca dentro de las empresas dedicadas al sector del cava, en la comarca de Sant Sadurní d'Anoia, y refleja como a lo largo de la historia de las cuatro empresas estudiadas, las mujeres han tenido un papel fundamental dentro de esta área de negocio, ya sea gestionando o asesorando.
No les ha hecho falta tener estudios universitarios sobre este sector porque han crecido en él, han recogido los valores familiares y culturales que proporciona el entorno y los han adaptado a la elaboración del cava. Tal y como se dice en el estudio, ellos no fabrican cava, lo crían.
Estas empresas familiares, han aplicado los valores que les ha inculcado la familia a lo largo de muchas generaciones a la crianza del cava, con lo cual, han desarrollado una marca personal que se transfiere dentro del trabajo y fuera de él.
La gente reconoce la calidad de la marca no sólo por la calidad del producto, si no porque encuentra y identifica en él una serie de valores que son los que le aportan esa marca personal o identidad propia, la que los hace distintos.
Todas las empresas que ha estudiado Irene Vázquez, reflejan los mismos valores:
- Constancia
- Perseverancia
- Lugar, identidad, historia
- Familia y valores
Estos valores son los que se transfieren tanto a la empresa como fuera de ella y que hacen que el producto final sea sencillo, con una forma de trabajo simple y homogénea y unos valores materiales y personales aplicados al producto.
Este forma tan sencilla de trabajo, que se da en estas pequeñas empresas familiares, hace que la adaptabilidad a los nuevos tiempos sea más factible. Es más fácil poder captar nuevas tendencias o nuevos sectores a los que acceder.
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